"Quizá algunas personas cumplen sus sueños. Hay quien quiere ser pájaro y nace con alas."
- Tapa blanda: 512 páginas
- Editor: Ediciones Destino; Edición: 1 (19 de septiembre de 2017)
- Colección: Áncora & Delfin
- Idioma: Español
- ISBN-10: 842335265X
- ISBN-13: 978-8423352654
MI OPINIÓN
"Por encima de la lluvia" es una
novela brutal solo apta para valientes que quieran adentrarse en los
rincones más oscuros y perversos de la condición humana y las peores
desgracias.
Miguel está viviendo la última etapa de su vida, cuando toca echar vista atrás, hacer balance y todo lo que no sucedió se da por vivido. Pero la vida le tenía preparada una sorpresa,
un último tren pasa a su lado y decide cogerlo cuando conoce a Helena, que vive en la misma residencia que él, y que tampoco ha tenido un camino fácil.
Comparten sus desgraciadas vivencias, sus preocupaciones y graves problemas actuales, los dolores y algo que se podrá convertir en amor.
Si el autor hiciera la sinopsis, después de leerla sabríais casi toda la historia, os contaría también qué pasa con
la hija de Miguel y el hijo de Helena, que hay viajes y lo que sucede en esos viajes. Así lo hizo en una presentación a la que asistí, que nos dejó a todos con la desconfianza de que nos había contado demasiado. Hay que tener mucha seguridad en tu trabajo para saber que no te has cargado la
emoción de la lectura y es así, es cierto que aunque no lo parecía,
quedaba aún mucho por descubrir, y que lo importante no es la acción o
la trama, es lo que les pasa por dentro a los personajes. Pero hombre, algo de "gracia" sí que le ha quitado, sobre todo porque sabes cuándo viene un final y cuándo no y en cierto modo tienes en mente casi todo el tiempo lo que ya te ha contado de antemano.
Es el primer libro que leo de este autor, y sí, también será el último, por la misma razón por la que no lo había leído antes, sé que
se le va la mano, aunque nunca imaginé que tanto, tantísimo como en esta ocasión. Además no lo dijo, por cómo él habla del libro, me pareció diferente, sabía que habría algo porque una de las tramas se ve que no va a ser agradable, pero no pensé en todo lo que se venía encima.
Me ha dolido leer este libro,
he pasado mucho miedo, pero miedo del que no se pasa cerrando el libro o encendiendo la luz,
no es esa inquietud de los buenos libros de terror o el sobresalto. Es
miedo del de verdad, de que sabes que va a pasar algo terrible, no puedes escapar, te lo vas a llevar puesto y después de unos cuantos encuentros, sabes que el siguiente te va doler todavía más.
No mide, simplemente creo que no mide. No veo
qué necesidad tiene de desplegar cada dos por tres el catálogo de atrocidades y torturas humanas, detalladas, lentas, no vaya a ser que no te alcance. Cada vez que un personaje decía "te voy a contar..." ya
me agarraba a la página y esperaba lo peor. El nivel de
deshumanización que alcanzan algunos personajes, roza lo insoportable. Y sí, sé que eso es verdad, que eso ha pasado y de hecho está pasando, y eso es lo peor. No te deja escapatoria.
Luego relaja, viene
lo bueno, con su estilo impecable, una prosa detallista, elaborada y minuciosa construida con un lenguaje directo que se queda
un paso antes de llegar a lo recargado. En ese sentido no tengo nada que decir más que: "muy buen trabajo" y aplaudir. Nos lleva a Sevilla, Barcelona, Tarifa y Malmo, no describe lugares comunes, sino los propios de la novela, y sobre todo crea
atmósferas.
También destaca, y creo que es lo más importante,
la construcción de personajes, una lección magistral de literatura la que nos deja en ese aspecto. Son
complicados, con muchas sombras y algún que otro atisbo de luz, que piensan, dudan, se equivocan y muy de vez en cuando aciertan. Un abanico de características en cada uno de ellos, son
fáciles de visualizar y de conocer pero no he empatizado con ninguno, ninguno me ha caído bien, a ninguno lo he entendido demasiado pero son perfectos desde el punto de vista literario.
El
ritmo de la novela es perfecto también, en ningún momento decae la trama, te mete en la historia pese a que yo no quería estar dentro. No te deja quedarte fuera y solo observar, te hace sufrir. En los personajes también me he encontrado también
otro de los problemas, es que hay que ver qué calaña, lo mejor de cada casa,
dios los cría y Víctor los junta en su novela. El más bueno es un traidor, y de ahí para arriba lo que quieras hasta llegar a lo inimaginable, hasta los que casi no parece que sean de la misma especie que los humanos. Aquí
da igual hombres que mujeres, convicción poca, principios morales muy laxos, están
todos destrozados y como viviendo a su pesar. Y su función es buscar un perdón, el suyo propio, al final. Y ahora me dirán algunos que todos nos equivocamos y hacemos daño a personas a las que queremos. Hombre sí, pero es sin pretenderlo, es un daño distinto, normalmente fruto de no poder controlar todas las variables, de no ser del todo dueños de las consecuencias o no ser capaces de actuar de otra manera.
No es esa alevosía, esa conciencia de ahora te vas a enterar, o sé cuánto te va a doler pero no me importa que tienen los personajes de este libro.
De los tres protagonistas principales, que
no son los peores, digamos que son
los medio buenos, me quedo con Natalia. Me ha parecido que todos
buscan excusas, justificaciones donde no las hay o no debería haberlas.
Queda alguno que hubiera sido buena persona pero no le da tiempo, es como un extra, solo pasa de refilón, pero lo he visto.
Me ha gustado
la manera de resolver todo, porque eso sí, aquí todo encaja perfectamente, como uno de esos puzzles de miles de piezas que cuando las tienes en la mano solo ves colores y al final cuando lo completas tienes un paisaje espectacular. Eso es lo que hace el autor con todas las tramas y situaciones que abre a lo largo de la narración,
encajarlas y montar el cuadro. Y reconozco que eso me ha gustado mucho.
Por eso siento pena por no leer nada más suyo. Pero no estoy dispuesta a dejarme vapulear de esta manera. Si no quiere tener
compasión con sus personajes, me parece bien, allá él que para eso son suyos, ya aclarará cuentas con ellos pero con el lector sí,
me parece imprescindible tenerla. Es que no tenía fin, y cuando parecía que la cosa ya arrancaba y todo había quedado atrás, zas, otra vez, te coge como a un muñeco y te lanza contra la pared y te das de nuevo, así me he sentido. Que no, que nunca me han hecho eso, es como cuando alguien dice que se siente como si le hubiera pasado un camión por encima y es obvio que nunca ha vivido esa experiencia. Pero sí, así es cómo he sufrido este libro, en varias ocasiones
he tenido ganas de llorar, no por lo que sucedía sino por cómo me afectaba a mí, cómo esas imágenes que nunca quiero ver se me estaban grabando para siempre, y más de una vez me descubrí diciendo: basta ya. Porque he necesitado salir a dar un paseo, a la playa con el frío que hace, a la perfumería para empapar un pañuelo con la colonia de esa persona que hoy no podía venir a verme y así hacer como si estuviera y pensar qué puedo hacer para olvidarlo todo.
En conclusión.
El libro es muy bueno, el autor tiene un talento increíble y sabe crear sensaciones y personajes con maestría pero
el precio es muy caro para mí. Que sí, que la culpa es mía, que soy una tremendista, lo que quieras, pero es lo que hay y no puedo permitirme estas lecturas. Pero si eres más fuerte que yo, si sabes llevar las cosas de otra manera, la novela es un canto a la vida increíble, contiene
un mensaje valioso y merece la pena.
No sé qué nota ponerle, la verdad. Si le quitara la mitad o tres cuartas partes de atrocidades y barbaridades, le pondría la nota máxima, pero estaban ahí y a veces me daban ganas de ponerle un cero, una guillotina, de quemarlo para que se purifique, para que desaparezca todo lo malo y quede solo el alma de la novela, lo bueno.
Foto: I. A. P.
"Tomamos nuestras elecciones y vivimos con ellas, pero tenemos derecho a variar el rumbo."
Gracias Víctor del Árbol, ahora puedo ver telediarios como si fueran un capítulo de La casa de la pradera.