- Traductor: Javier Calvo
- Tapa blanda: 250 páginas
- Editor: Gatopardo Ediciones; Edición: 1 (12 de marzo de 2018)
- Colección: Gatopardo
- Idioma: Español
- ISBN-10: 8494642596
- ISBN-13: 978-8494642593
"Río revuelto" es una novela seca, a ratos densa que no hace concesiones a unos personajes que ni saben ni pueden hacer las cosas mejor.
Lily y Everett son un matrimonio aparentemente feliz y sin demasiadas complicaciones que viven en la América profunda, en un rancho que los aísla aún más de una vida que no les trae más que problemas que no saben gestionar. Es la típica novela costumbrista que abarca unos veinte años de historia desde la década de los 30 hasta finales de los cincuenta. La historia empieza por el final, cuando se produce un asesinato, después en los siguientes capítulos rebobina para explicar cómo y por qué se ha llegado a esa situación, quién ha hecho qué, cuándo y las consecuencias que tiene.
Reconozco que la época y el lugar son de mis temas preferidos, quizás esta novela esté al nivel de "Heredarás la tierra" de Jane Smiley, que es mi favorita de todos los tiempos. Me gusta mucho ese ambiente rural, tan abierto y claustrofóbico al mismo tiempo, ver reflejada esa sociedad tan opresora, llena de normas que me atrae no sé por qué, porque de ninguna manera hubiera querido conocer in situ y mucho menos vivirla, cosas de lectores.
Los personajes son tremendos, todos, incluso los que pudieran parecer secundarios están minuciosamente descritos sobre todo en lo que respecta a su psicología. Son torpes a más no poder con las emociones, no saben muy bien lo que quieren casi nunca, cuando lo consiguen, rara vez, no saben qué hacer con ello y mucho menos disfrutarlo. No son felices pero tampoco les importa, no piensan en eso, en realidad, da la sensación de que no piensan en nada, solo actúan, pasan por la vida de puntillas, nada les satisface ni tampoco les duele en exceso.
No es fácil empatizar con ninguno aunque Lily me ha dado mucha pena en varios momentos, resultan muy ajenos por lo fríos que son, son como esas personas que parece que te das contra un muro cuando te acercas, pero son tan interesantes y atractivos que compensan y te hacen seguir leyendo página tras página.
La estructura es muy sencilla, capítulos cortos, numerados y un narrador omnisciente en tercera persona. No hay trucos ni pretensiones de hacer cosas diferentes porque tampoco hace falta. Es una novela lenta, sí, de ir como día a día, sin prisas, viendo lo que pasa. Apenas hay diálogos, pero los pocos que hay son muy contundentes, esta gente cuando habla se da unas hostias increíbles, bueno, de las otras también hay pero las verbales, vaya tela. Lo cierto es que se pasan la novela haciéndose la puñeta unos a otros, a veces queriendo y otras sin querer. Es complicado llegar a saber qué sienten pero se acaba sabiendo. Es lo que más me gusta de cómo la escritora plantea la novela, no los descubre de mano, sino que es coherente con lo que crea y tardas en conocerlos y llegar al fondo.
Sin embargo reconozco que a veces es un poco densa, no porque no pase nada, sino porque no pasan grandes cosas en muchos capítulos, simplemente se van sentando las bases para llegar al final. Ya he dicho que hay un asesinato pero eso es lo de menos, sabemos quién fue y en un primer momento hay un porqué fácil pero como se suele decir de aquellos polvos, estos lodos, y hay que ir a ver qué pasó para llegar ahí.
La ambientación es genial, te transporta en tiempo y espacio con todo, con los paisajes, los olores, la música, la ropa, todos los detalles hacen de este libro un viaje en el tiempo. Pero reconozco que te tiene que gustar el tema.
En conclusión, una novela que retrata una vida decadente, insatisfactoria y complicada que no regala nada y a la que es difícil sacarle algo, con una frase final impresionante. Puedes pasar de la novela si quieres pero ve a la librería y lee esa última frase.
PUNTUACIÓN: 4/5