DATOS DEL LIBRO
Agradezco a Xavier Beltrán del blog http://www.traslalluvialiteraria.com/ la organización del sorteo en el que me tocó este billete a Tanzania, la novela "La reina de la lluvia".
MI OPINIÓN
"La reina de la lluvia" es una historia dura, un canto triste y hermoso a la vida, con un bonito embalaje, muy intensa e ideal para desconectar.
A través de un flashback y sabiendo de antemano que los padres de Kate, Michael y Sarah han sido asesinados hace años en Langali, donde trabajaban de misioneros conoceremos la verdadera historia de la mano de su protagonista Annah. La joven Annah llega a África con ganas de aventuras, emociones fuertes y buscando el legado de su tía Eliza, pero cuando llega y según se baja del tren en una escena que recuerda muchísimo a la película "Memorias de África" se le caen los palos del sombrajo encima, todos, cuando el obispo encargado de asignarle su puesto le dice que no va a ir al mismo sitio en el que había estado su tía sino que tendrá que ir a Langali. El disgusto le dura poco, y armada con su maleta Louis Vuitton (ya son ganas de tocar la viola, ir allí con eso, pero en fin) y sus bonitos uniformes almidonados y poco prácticos la joven inicia su aventura.
El caso es que a partir de aquí la novela empieza a desarrollar ciertos tópicos que pueden hacernos temer lo peor y estar otra vez ante la misma historia de siempre. Por suerte no es así, gracias a varios giros de la trama muy hábilmente repartidos a través de toda la novela, la autora consigue atraparnos y mantener el interés, lo que no es nada fácil tratándose de un libro de más de seiscientas páginas.
La prosa es correcta pero muy fluida, con el ritmo adecuado y deteniéndose en los detalles necesarios para transportarnos al continente africano donde los colores son más intensos, las emociones parecen más auténticas y la vida está en constante cambio. Creo que uno de los motivos por los que la novela me ha gustado mucho es porque el tono es perfecto, sin sobresaltos pero llevándote muy bien por la historia que además está impregnada de humanidad por todas partes. Hay un buen equilibrio entre narración y diálogos, lo cierto es que uno tiene la sensación de que esta historia no podría haber sido contada de otra forma.
Un narrador omnisciente pero siempre desde el punto de vista de Annah es el que cuenta la historia de esta mujer fuerte y resuelta que no se acobarda ante nada, a la que no le gusta revolcarse en la autocompasión aunque de vez en cuando tenga sobradas razones para hacerlo. Es sin duda uno de esos personajes de los que enamoran, de los que te hacen darte cuenta de tus propias debilidades, así como Stanley, otro de los personajes importantes del relato. Todos están muy bien descritos desde el punto de vista psicológico, de sus actitudes y motivaciones y a todos se les puede entender muy bien.
Y con todo lo que me ha gustado soy capaz de sacarle pegas. Sí, a ver, hay un par de cuestiones logísticas que nunca sabemos cómo se resuelven. Algo que me ha hecho disfrutar un poco menos del libro sobre todo un poco antes del final es que uno de los personajes tiene demasiada mala suerte, más de una vez me habéis oído quejarme de que hay personajes que tienen demasiada buena suerte y todo les viene de cara, bien, aquí ocurre lo contrario. Es que al pobre no le sale nada bien. Eso y que una de las decisiones que toma, quizás la más importante choca mucho con su forma de entender las cosas, aunque explica por qué lo hace no me convence, no le pega haber hecho eso.
Debo decir que el comienzo se lee con facilidad, de la página 260 más o menos hasta la 580 es casi imposible soltarlo, es que no quieres dejar de saber qué va a pasar. Después viene la parte en la que se descubre lo que sucedió con los misioneros y es un poco agónica y muy triste, más aún sabiendo que son asesinados. La verdad es que estaba deseando que se acabara esa parte. El final no decepciona.
En conclusión, un libro muy recomendable para ir de aventuras sin correr ningún riesgo y desconectar que se lee solo.
PUNTUACIÓN: 4/5 ¿cómo puede ser que algunos personajes fueran tan longevos? Como Luis Miguel que ya era mayor cuando yo era pequeña y todavía no es viejo.