JAMES MCBRIDE
- Traductor: Juan Trejo
- Editorial : Tusquets Editores S.A. (4 septiembre 2024)
- Idioma : Español
- Tapa blanda : 400 páginas
- ISBN-10 : 8411075001
- ISBN-13 : 978-8411075008
MI OPINIÓN
"Una tienda en Chicken Hill" es una joya narrativa en la que es un placer perderse aunque en el fondo sea dura pero necesaria.
La tienda de comestibles el Cielo y la Tierra regentada por Chona es el corazón de Chicken Hill, y junto a su marido Moses, son los líderes de una comunidad que ocupa la colina en la ciudad de Pottstown. Allí conviven en un equilibrio muy especial, judíos y negros, que tienen en común la desventaja con sus vecinos blancos de la ciudad en un país que a ellos o sus ascendientes no los acoge precisamente con los brazos abiertos. Sus dificultades, cómo enfrentan los problemas del día a día, las alianzas que surgen de la necesidad de sobrevivir y de compartir un mismo enemigo, es lo que relata esta novela.
La novela se divide en tres partes con capítulos titulados haciendo referencia a lo que va a suceder, más un epílogo. El primer capítulo y el epílogo están editados en cursiva porque hacen referencia al presente de la novela mientras que el resto del libro se sitúa unos cuantos años antes. Es un narrador omnisciente el que va desarrollando la historia, con distintos flashbacks para conocer la vida de cada uno de los personajes importantes. El estilo del autor denota buena calidad literaria, que va mucho más allá de una simple narración de hechos, sin necesidad abusar de recursos ni adornos le da mucha profundidad y se torna una lectura reflexiva en los momentos clavos. Las descripciones son las responsables de la creación de ese mundo al que llegas desde las primeras páginas y al que vuelves al instante cada vez que reemprendes la lectura. Tanto en lo geográfico como en lo social, hace un trabajo impecable que te hace sentir espectador de lujo de aquella realidad.
El personaje de Chona es maravilloso, es amor, adorable, de esas que devuelven la confianza en el ser humano. Moses tampoco se queda atrás ni otros cuantos que con su humildad nos dejan algunas lecciones que a veces es difícil recordar por las circunstancias. Y cómo no, haciéndoles la contra, los villanos, con El Hijo del Hombre a la cabeza, que es el representante del diablo en la Tierra, peor monstruo no se puede ser, más otro puñado que van desde auténticos cabrones a pobres diablos que a veces acaban dando más pena que rabia. Aunque muchos de ellos representan estereotipos, son lo suficientemente complejos como para resultar creíbles. Y mención especial para Bernice por eso, es la más especial aunque su papel es determinante, su aparición es breve.
La trama es un no parar de acontecimientos, que van alternando algunas historias más livianas con las más duras, que son las que llevan el peso y la razón de ser de la novela. Porque sí, cuando le parece saca el palo y golpea sin piedad. En Chicken Hill pintan bastos, la vida da pocas oportunidades y por lo general vienen con trampa. No esconde nada ni ahorra ningún detalle, y hay un par de pasajes que ponen los pelos de punta haciendo pasar muy mal rato al lector que no saldrá indemne.
Solo tengo que poner una pega, algo que ocurre un par de veces y es que relaciona lo que está pasando en la novela con el momento actual social que estamos viviendo, algo que le pega como a un santo cristo dos pistolas, que de repente haga esa alusión a un futuro que el personaje en cuestión probablemente no llegará a conocer. Rompe la magia. Y sí, cualquier lector atento ya se había dado cuenta por sí solo.
Y cierra con un final perfecto, todo atado, sin flecos sueltos, ambigüedades. A los que llegas con pena, porque no es Chicken Hill el lugar en el que uno sueña vivir pero tiene ese algo de los viajes literarios que suponen la lectura, el poder vivir experiencias pero a salvo de graves consecuencias.
Dice en la solapa que Spielberg va a producir la adaptación al cine. Espero que la deje en buenas manos y respeten la esencia, porque el mensaje cuadra muy bien con lo que pasa hoy por lo que no hace falta forzar nada, ni caer en la corrección política.
PUNTUACIÓN: 4,5/5