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lunes, 16 de septiembre de 2024

Lecciones

IAN MCEWAN



  • Traductor: Eduardo Iriarte Goñi
  • Editorial ‏ : ‎ Editorial Anagrama; N.º 1 edición (6 septiembre 2023)
  • Idioma ‏ : ‎ Español
  • Tapa blanda ‏ : ‎ 584 páginas
  • ISBN-10 ‏ : ‎ 8433901931
  • ISBN-13 ‏ : ‎ 978-8433901934

                                                                  MI OPINIÓN

 "Lecciones" es un libro que retrata la vida tal cual, con paciencia y algunas vueltas de más, nos deja poso y reflexiones.

Roland tiene un hijo de pocos meses, vive en Londres con su mujer, que un buen día coge las de villadiego porque quiere otra vida y cumplir objetivos alternativos. De dónde viene, marcado por una situación que vivió de niño y a dónde va Roland, que por lo general se deja llevar y no toma decisiones, es de lo que trata la novela.

Tres partes que constan de largos capítulos en los que se va alternando el pasado con el presente según exigencias de la trama, es lo que necesita un narrador omnisciente para contarnos esta historia. El estilo del autor es muy minucioso, muy estudiado y con un rico vocabulario, de frases más o menos largas a veces un tanto filosóficas y abstractas que hay que leer con especial atención. Pero no hay problema para entenderlo con un poco de esfuerzo cuando se trata de esas profundas reflexiones que hace el personaje principal. Va desarrollando la historia con calma, con muchísimos detalles que no siempre son necesarios. También repite de vez en cuando algunos pasajes que hacen que el ritmo se resienta un poco, entiendo que es a modo recordatorio, pero no me parece necesario como también me ha sobrado, a mí personalmente todo lo que respecta a la historia política que va aconteciendo, que no digo yo que no haga falta, simplemente es que no me gusta. Los diálogos le aportan dinamismo además de retratar a los personajes y suponer el punto de inflexión en algunas de las escenas.

Los personajes son toda un ejemplo de cómo crear seres humanos solo con tinta y papel, creo que de los mejores que me he encontrado en mucho tiempo. Hay dos mujeres, que van a marcar la vida de Roland, Miriam, la profesora de piano de su adolescencia y Alissa, su mujer y madre de su hijo Lawrence. Las dos son personajes brillantes desde el punto de vista literario, desde el punto de vista personal, no empaticé con ninguna de ellas, representan dos de las cosas peores que puede hacer un ser humano, me da igual que sea un hombre, una mujer, o alguien que se autoperciba jirafa, no tiene excusa. La una porque hace algo que no tiene perdón de ningún Dios de ninguna religión, y menos si se lo haces a un niño, me dan igual todos los esfuerzos que ha hecho el autor para hacernos comprender por qué se portó así, que ojo, no la justifica, solo la explica y ahora tú decides. Y la otra porque abandonar a un hijo es una de las cosas más antinaturales que puedes hacer, y repito, me da igual si es una mujer o un hombre pero en esta historia es una mujer. En este caso, creo que el autor toma más partido por una opinión al respecto pero no diré cuál porque es parte de la magia del libro. Y en el otro lado de la balanza está mi personaje favorito que también es una mujer, Daphne, es maravillosa. Y con Roland he tenido idas y venidas, a veces me ha caído bien y otras no tanto, aunque al final es relativamente fácil empatizar con él y entender que lo que ha hecho es sobrevivir con lo que tenía y capear el temporal, o más bien, los temporales que le han ido cayendo encima.

La trama es la historia de una vida donde el personaje va pasando por distintas etapas, adaptándose a su manera. También es la historia de todos o casi todos los que le rodean, porque el autor está por la labor de no callarse nada y nos cuenta todo. La vida profesional de Alissa tiene importancia porque sus obras literarias van a detonar algunas situaciones importantes. Entre los temas que toca "Lecciones", está la creación, el dilema de la mujer al elegir entre su profesión y la maternidad, la sexualidad y las relaciones.

El final es triste, da pena despedirse de unos personajes que acabas teniendo la sensación de conocer de verdad, pero está muy bien rematado, y como suele ser habitual en las obras de este hombre, te deja pensando, dando vueltas al qué harías tú si..., y sacando tus propias conclusiones. 

PUNTUACIÓN: 4/5



lunes, 3 de septiembre de 2018

Chesil Beach

IAN McEWAN


  • Traductor: Jaime Zulaika
  • Tapa blanda: 192 páginas
  • Editor: Anagrama; 2008
  • Colección: Compactos Anagrama
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8433973363
  • ISBN-13: 978-8433973368
                                                                   MI OPINIÓN

"Chesil beach" es una novela de amor muy seria y profunda a la que le sobran algunas páginas finales y complementos.

Florence y Edward son dos veinteañeros en a principios de los sesenta que acaban de casarse y van a pasar su noche de bodas en un hotel de Chesil beach, la novela nos cuenta lo que sucede esa noche, y todo lo que pasó antes para que las cosas salieran como salen.

Un narrador omnisciente va a meterse en la mente y por debajo de la piel para contarnos esta historia. Emplea un tono serio que recuerda a novelas de antaño, de otro tiempo, con cierto esnobismo incluso. El ritmo es el adecuado a la trama, lento, deteniéndose en todos los detalles porque son importantes para comprender qué es lo que sucede y por qué. Porque la historia de estos dos jóvenes se cuece a fuego muy lento, es artesanal y nos suena a cosas de antes, nada que ver con la premura de ahora en la que todo sucede incluso antes de que te des cuenta, o eso parece, porque en muchas ocasiones sigue siendo igual, lo que pasa que no se presta atención a los detalles y nos la cuentan a partir de lo obvio.
La novela se divide en cinco largos capítulos, alterna la narración de la noche de bodas con la historia de los personajes hasta ese momento. No me ha gustado especialmente esa estructura, creo que si lo hubiera contado de forma lineal habría sido mejor, más que nada porque te corta el rollo totalmente cuando pega el salto, es como cuando cortan una peli para ir a la publi.
La parte del pasado es interesante porque nos descubre a los protagonistas y tiene pasajes románticos muy bonitos, con imágenes bucólicas y sensuales con la dulzura en su justo punto. Pero a ratos se hace un poco pesada, entiendo que era necesario aclarar y retratar el contexto social y político para entenderla pero no hacía falta tanta información y encima la cosa empeora porque la lees con la intriga de saber qué está pasando en el cuarto.

La narración es muy correcta, las descripciones extensas y precisas aunque un poco frías, algo extensible al resto de la narración, como si no quisiera permitirse un poco de desvarío y pasión, muy pegado al tópico inglés de guardar siempre la compostura. Eso sí, es muy explícito aunque igualmente desapasionado cuando tiene que contar asuntos íntimos, pero en este caso debo decir que tiene sentido que sea así y de otra forma habría tirado por tierra el mensaje.
No hay diálogos en gran parte de la novela,  pero hay uno casi al final que vale por todos, es de ponerse de pie y aplaudir.

Los personajes están despellejados, nos los muestra sin ningún pudor en lo más íntimo, sin ahorrar ningún detalle de lo que piensan y lo que hacen. Son complicados de entender, aun en su época, ambos son culpables e inocentes al mismo tiempo, incluso a veces no son ninguna de las dos cosas y cada uno podrá pensar lo que quiera. No hay buenos ni malos, hay personas. La novela trata de ellos dos, y aunque también salen los padres, son meros secundarios pero descritos con cuidado porque ellos también son en cierto modo "culpables" de cómo se comportan y actúan sus retoños.

Me gusta mucho el final de la historia pero no el final del libro. Me explico, una vez que termina la historia el autor ha sentido la necesidad de contar en unas pocas páginas un montón de años, pisando el acelerador como un loco y encima es algo que bueno, puede satisfacer cierta curiosidad pero lo que venía a contar ya está contado. Rompe totalmente con lo que era la novela hasta ese momento, como si le hubiera poseído el demonio de las prisas, un cambio brusco que desluce el conjunto. Es un pegote en toda regla.

En conclusión, un libro que merece mucho la pena leer, porque cuenta algo menos habitual en lo que a historias de amor se refiere, atrapa por su sencilla complejidad. Y sí, hay que leerla antes de ver la peli que se avecina, hacerlo espués creo que no tiene mucha gracia.

PUNTUACIÓN: 4/5 ¿Llamas tonadillas visionarias a las canciones de los liverpulianos? Yo me he reído un montón pero cuidado con sus fans, supongo que sabes lo que le pasó a Lennon.




lunes, 2 de mayo de 2016

La ley del menor

IAN McEWAN




  • Traductor: Jaime Zulaika
  • Tapa blanda: 216 páginas
  • Editor: Anagrama; Edición: 4 (7 de octubre de 2015)
  • Colección: Panorama de Narrativas
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8433979353
  • ISBN-13: 978-8433979353

                                                     MI OPINIÓN
"La ley del menor" es una novela incómoda, perturbadora, casi perfecta desde el punto de vista narrativo que manipula al lector.

A Fiona le toca el gordo de la lotería de las grandes decisiones, cerca de los sesenta años, con marido, sin hijos, una vida ordenada y una carrera de juez casi impecable, de repente todo se le complica cuando el buen hombre que también anda por la misma edad llega un día y le dice que para dos que nos quedan por vivir vamos a disfrutar por lo menos uno, que quiere una pasión arrebatadora de esas de cuando eran jóvenes, y que si ella no quiere hay otra que sí, esa otra que por supuesto es mucho más joven. Pero él como es buen hombre primero se lo ofrece a su esposa por aquello de respetar los galones. Fiona no se puede creer que ese hombre al que ha amado le venga ahora con que si arriba hay canas abajo hay ganas, justo ahora que le toca uno de los casos más difíciles de su vida, Adam, un joven a punto de cumplir los dieciocho necesita una transfusión a la que sus padres se niegan por causas religiosas y el hospital pone el caso en manos de la justicia. Hala, todo así de fácil. Y la mujer, que es de las que le gusta más un drama que a un tonto un carrito no se puede creer que justo en ese momento venga el marido a ponerse turronero. Que digo yo, qué le costaba pasar un buen rato y disfrutar ella también, que con la edad que tiene tampoco iba a ser todo el día pim pam, y seguro que más relajada tomaba luego mejores decisiones. Pero en fin, que el libro hubiera sido otra cosa, mucho más breve. Y sí, yo tampoco soy juez, qué sabré yo de eso.

Acostumbro a no leer las sinopsis enteras, solo lo hago cuando acabo el libro por lo que a la hora de elegir lectura me fío de vuestras reseñas y de las primeras líneas de la sinopsis para ver el tema. Punto para mí porque si leéis la sinopsis de esta novela os enteraréis de demasiadas cosas, algunas muy
importantes como para destriparlas. Además, y aunque en este caso no es lo importante, el desenlace de las subtramas y los giros argumentales añaden algunos momentos de tensión que le han venido muy bien al libro.

Ian McEwan consigue una atmósfera tensa gracias a la profundidad psicológica que alcanza el retrato de los personajes principales, marido, Fiona y Adam. No es fácil empatizar con ellos, mucho menos tomar partido por ellos ya que lejos del maniqueísmo, son unos personajes muy complejos, con muchas aristas, luces y sombras. Ayuda también la magnífica ambientación, no la física, poco importa qué calles de Londres recorre Fiona de camino a los tribunales o la bonita mansión en la que ocurre algo muy importante donde se reúne con otros jueces por no hablar del pisazo que tiene el matrimonio, sino la atmósfera y el contexto social en el que se mueven los personajes. Él es profe de Universidad, una raza un poco denostada a veces por la literatura ¿verdad? En fin, que es un libro en el que no podemos dividir entre buenos y malos, todos tienen un poco de todo. Menos Adam que como está enfermo da más penita, además es joven y buena gente.

El tono puede parecer objetivo, que el narrador omnisciente que cuenta la historia en tercera persona pero desde el punto de vista de Fiona permanece al margen pero no es así. He tenido la sensación de que el autor juzga a sus propios personajes, que en cierto modo va trampeando con inteligencia para ponernos en el lado donde nos quiere tener para que la narración sea más efectiva. No me gusta mucho que me aten tan corto y no me dejen apenas opciones a la hora de tomar partido pero bueno, siempre puedes hacer las reflexiones posteriores que te dé la gana. Por cómo se desarrolla la historia y lo que hacen los personajes está muy claro qué opina el autor de los temas que expone y no me parece mal, para eso es su novela y está en todo su derecho de expresarse.

Prima la narración sobre los diálogos que no están acotados, aquí no hay "dijo" ni "contestó" ni "replicó" aunque sí guiones, y la verdad es que funcionan muy bien, en todo momento sabemos quién está hablando por el contexto, porque se nos ha presentado la situación de forma muy clara. Para eso emplea un lenguaje directo, claro, pero con algunos simbolismos y metáforas que lo enriquecen y le aportan cuerpo a la lectura alejándola de la simpleza.
Tiene pasajes muy sensuales, otros de gran intensidad emocional sin caer en ningún momento en el psicodrama de palomitas.
Cuenta también con algunas referencias musicales.

Tengo que ponerle un par de pegas, me vais a permitir que una de ellas no la pueda explicar muy bien pero hay algo que hace uno de los personajes que no concuerda con la edad que tiene y resulta un poco forzado. Y por otra parte también me ha sobrado la explicación demasiado extensa para mi gusto de otros casos judiciales, no me interesaron nada y estaba deseando que se acabaran, no es que sea una barbaridad pero bueno, si los hubiera borrado, mejor.

El libro da para reflexionar mucho, la resolución no deja lugar a dudas de lo que ocurrió después ni se presta a interpretaciones varias pero sin embargo se te queda dando vueltas en la cabeza, por qué hizo eso y no lo otro, y el maldito y perturbador "¿y si...?" Es una novela que se disfruta en el sentido de que no puedes parar de leerla porque te implica, no te deja permanecer fuera, de hecho la leí del tirón, pensé que me duraría un par de días pero no pasó de una tarde y un rato nocturno. Es imposible dejarlo cerrado encima de la mesa sabiendo que está a punto de pasar algo muy gordo y no puedes no saberlo.
Me parece una novela excelente sobre todo por la construcción de personajes, sin espacio para la fantasía ni la evasión pero muy bien tramada, y sería una buena idea para un club de lectura.

PUNTUACIÓN: 4,5/5