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lunes, 2 de mayo de 2016

La ley del menor

IAN McEWAN




  • Traductor: Jaime Zulaika
  • Tapa blanda: 216 páginas
  • Editor: Anagrama; Edición: 4 (7 de octubre de 2015)
  • Colección: Panorama de Narrativas
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8433979353
  • ISBN-13: 978-8433979353

                                                     MI OPINIÓN
"La ley del menor" es una novela incómoda, perturbadora, casi perfecta desde el punto de vista narrativo que manipula al lector.

A Fiona le toca el gordo de la lotería de las grandes decisiones, cerca de los sesenta años, con marido, sin hijos, una vida ordenada y una carrera de juez casi impecable, de repente todo se le complica cuando el buen hombre que también anda por la misma edad llega un día y le dice que para dos que nos quedan por vivir vamos a disfrutar por lo menos uno, que quiere una pasión arrebatadora de esas de cuando eran jóvenes, y que si ella no quiere hay otra que sí, esa otra que por supuesto es mucho más joven. Pero él como es buen hombre primero se lo ofrece a su esposa por aquello de respetar los galones. Fiona no se puede creer que ese hombre al que ha amado le venga ahora con que si arriba hay canas abajo hay ganas, justo ahora que le toca uno de los casos más difíciles de su vida, Adam, un joven a punto de cumplir los dieciocho necesita una transfusión a la que sus padres se niegan por causas religiosas y el hospital pone el caso en manos de la justicia. Hala, todo así de fácil. Y la mujer, que es de las que le gusta más un drama que a un tonto un carrito no se puede creer que justo en ese momento venga el marido a ponerse turronero. Que digo yo, qué le costaba pasar un buen rato y disfrutar ella también, que con la edad que tiene tampoco iba a ser todo el día pim pam, y seguro que más relajada tomaba luego mejores decisiones. Pero en fin, que el libro hubiera sido otra cosa, mucho más breve. Y sí, yo tampoco soy juez, qué sabré yo de eso.

Acostumbro a no leer las sinopsis enteras, solo lo hago cuando acabo el libro por lo que a la hora de elegir lectura me fío de vuestras reseñas y de las primeras líneas de la sinopsis para ver el tema. Punto para mí porque si leéis la sinopsis de esta novela os enteraréis de demasiadas cosas, algunas muy
importantes como para destriparlas. Además, y aunque en este caso no es lo importante, el desenlace de las subtramas y los giros argumentales añaden algunos momentos de tensión que le han venido muy bien al libro.

Ian McEwan consigue una atmósfera tensa gracias a la profundidad psicológica que alcanza el retrato de los personajes principales, marido, Fiona y Adam. No es fácil empatizar con ellos, mucho menos tomar partido por ellos ya que lejos del maniqueísmo, son unos personajes muy complejos, con muchas aristas, luces y sombras. Ayuda también la magnífica ambientación, no la física, poco importa qué calles de Londres recorre Fiona de camino a los tribunales o la bonita mansión en la que ocurre algo muy importante donde se reúne con otros jueces por no hablar del pisazo que tiene el matrimonio, sino la atmósfera y el contexto social en el que se mueven los personajes. Él es profe de Universidad, una raza un poco denostada a veces por la literatura ¿verdad? En fin, que es un libro en el que no podemos dividir entre buenos y malos, todos tienen un poco de todo. Menos Adam que como está enfermo da más penita, además es joven y buena gente.

El tono puede parecer objetivo, que el narrador omnisciente que cuenta la historia en tercera persona pero desde el punto de vista de Fiona permanece al margen pero no es así. He tenido la sensación de que el autor juzga a sus propios personajes, que en cierto modo va trampeando con inteligencia para ponernos en el lado donde nos quiere tener para que la narración sea más efectiva. No me gusta mucho que me aten tan corto y no me dejen apenas opciones a la hora de tomar partido pero bueno, siempre puedes hacer las reflexiones posteriores que te dé la gana. Por cómo se desarrolla la historia y lo que hacen los personajes está muy claro qué opina el autor de los temas que expone y no me parece mal, para eso es su novela y está en todo su derecho de expresarse.

Prima la narración sobre los diálogos que no están acotados, aquí no hay "dijo" ni "contestó" ni "replicó" aunque sí guiones, y la verdad es que funcionan muy bien, en todo momento sabemos quién está hablando por el contexto, porque se nos ha presentado la situación de forma muy clara. Para eso emplea un lenguaje directo, claro, pero con algunos simbolismos y metáforas que lo enriquecen y le aportan cuerpo a la lectura alejándola de la simpleza.
Tiene pasajes muy sensuales, otros de gran intensidad emocional sin caer en ningún momento en el psicodrama de palomitas.
Cuenta también con algunas referencias musicales.

Tengo que ponerle un par de pegas, me vais a permitir que una de ellas no la pueda explicar muy bien pero hay algo que hace uno de los personajes que no concuerda con la edad que tiene y resulta un poco forzado. Y por otra parte también me ha sobrado la explicación demasiado extensa para mi gusto de otros casos judiciales, no me interesaron nada y estaba deseando que se acabaran, no es que sea una barbaridad pero bueno, si los hubiera borrado, mejor.

El libro da para reflexionar mucho, la resolución no deja lugar a dudas de lo que ocurrió después ni se presta a interpretaciones varias pero sin embargo se te queda dando vueltas en la cabeza, por qué hizo eso y no lo otro, y el maldito y perturbador "¿y si...?" Es una novela que se disfruta en el sentido de que no puedes parar de leerla porque te implica, no te deja permanecer fuera, de hecho la leí del tirón, pensé que me duraría un par de días pero no pasó de una tarde y un rato nocturno. Es imposible dejarlo cerrado encima de la mesa sabiendo que está a punto de pasar algo muy gordo y no puedes no saberlo.
Me parece una novela excelente sobre todo por la construcción de personajes, sin espacio para la fantasía ni la evasión pero muy bien tramada, y sería una buena idea para un club de lectura.

PUNTUACIÓN: 4,5/5