En El jardinero y la muerte, Gueorgui Gospodínov nos sumerge en los interminables meses durante los que, día tras día, vio cómo se iba apagando la vida de su padre. Mientras este moría a su lado consumido por la enfermedad, Gospodínov le sostuvo la mano hasta que llegó el fin. Y aun en su lecho de muerte, para él seguía siendo el más alto, el más guapo, el más amable. Seguía siendo su padre. Entre los campos de fresas de la infancia y el inevitable adiós, Gospodínov teje un relato íntimo sobre el duelo y la memoria.
Durante casi una década, la sombra de Jack permanece en Holt, alimentando el rencor colectivo. Pero su reaparición inesperada no trae consuelo ni reconciliación. Por el contrario, su regreso despierta una tormenta de emociones que amenaza con romper los frágiles cimientos del pueblo, y su presencia más poderosa que su prolongada ausencia desata una catarsis emocional que revela las profundas grietas bajo la superficie de la vida cotidiana.
A mí el de Stephen King me gustó. El de la abuela Lola está tiendo buena acogida. Ya me contarás.
ResponderEliminarEl de La abuela Lola lo he dejado, leí unas doscientas páginas aproximadamente pero no va a ninguna parte. Es bonito y muy tierno pero muy muy pesado y no sucede nada.
EliminarCon el de King voy por la mitad y si no lo estropea está siendo el mejor libro en muchísimo tiempo.
Gracias por comentar.
Hola, Norah:
ResponderEliminarNo me resultaba muy tentador, y menos después de tu opinión, así que lo dejaré pasar sin remordimiento :-)
Un beso.
Claro que sí, remordimientos 0. Bastante tenemos con tener que escoger porque no podemos leer todo lo que nos gustaría.
EliminarBesos