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lunes, 2 de febrero de 2015

El último pasajero

MANEL LOUREIRO



  • Tapa blanda: 448 páginas
  • Editor: Booket (2 de septiembre de 2014)
  • Colección: Bestseller Internacional
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8408131516
  • ISBN-13: 978-8408131519


"El último pasajero" es una novela de suspense asentada en una buena idea que empieza por el buen camino, toma un desvío equivocado y al final se reconduce.

Empezamos bien, tenemos barco fantasma, sucesos extraños, tripulaciones que desaparecen sin dejar rastro y personajes normales metidos a héroes, todo ello revuelto con un poco de amor, sentimientos, traiciones y aventura. La novela empieza muy bien, gracias a una ambientación excelente tanto en tiempo como en espacio, nos adentramos en una historia que promete mucho y que nos hace girar página tras página. Aunque en esta parte el ritmo no es muy rápido está muy bien manejado y da las explicaciones oportunas para que la trama coja consistencia y genere interés.

La protagonista es Kate, una joven viuda que por azares literarios (cosas que el mundo real no pasarían ni de rebote) acaba embarcada en una aventuran a bordo del Vlakirie, un antiguo crucero de lujo reformado por el señor Feldman que quiere hacer un experimento y para eso invita a unos cuantos científicos y un grupo de machos alfa que va a tomar para mi gusto demasiado protagonismo hacia la mitad de la novela.

En la primera mitad es cuando el autor despliega todos sus encantos, nos invita a un barco alucinante, empieza con una historia de miedo y misterio de corte clásico y va sembrando el suspense. La descripción tanto del barco como del ambiente y las situaciones es muy acertada, sin abusar de detalles lo dibuja perfectamente, lo hace muy visual.
Los personajes son un poco flojos, la que mejor conocemos es a Kate que nos va a dar un poco de pena porque la pobre está de duelo, luego tenemos a la pobre Senka, una chica serbia con un pasado que ya podéis imaginar y que ahora va de dura y al señor Feldman que es la mente pensante. Todos ellos están al servicio de la trama y se quedan un poco planos por lo que tampoco nos quita el sueño. Lo que preocupa al lector es lo que sucede en el barco.

A partir de aquí y con todas las cartas ya repartidas, me ha dado la sensación de que al autor la cosa se le va de las manos, complica la trama demasiado y se vuelve inconsistente, además se pierde esa atmósfera del principio y la cosa se torna en peli de Van Damme, demasiada acción y demasiado repetitivo. Además mete unas escenas de sexo bastante pobres a las que le sobran detalles técnicos y les falta sensualidad, aparte de usar un mismo recurso para varias situaciones. Sobraba.
Aunque explica el misterio que plantea desde el principio, a poco que uno piense hay varias cosas que se caen. Vale que es literatura, que se puede inventar de todo y todo puede suceder porque para eso es ficción y es lo que queremos los lectores pero dentro de esa fantasía tiene que haber una coherencia y no vale que salga un personaje diciendo: "Esto es inexplicable." Porque a mí eso me suena a trampa y a que el autor no supo cómo deshacer el entuerto.

Como decía al principio de la reseña, al final se reconduce, le da un sentido a lo que pasó, el final es bueno y redondea la historia además de recuperar el tono del principio que tanto me había gustado.

En conclusión, un libro muy recomendable para pasar un buen rato de lectura entretenido y no pensar
demasiado porque se viene abajo.

PUNTUACIÓN: 3/5 qué sombra más apañada que lo dejaba todo recogido y limpio...

viernes, 21 de marzo de 2014

El Laboratorio: Nora Roberts

TRILOGÍA DEL HOTEL BOONSBORO



Esto no es una reseña. Voy a hablar de tres libros que he leído, de lo que me han hecho sentir y pensar, pero lo voy a hacer de forma diferente a la habitual.

AVISO IMPORTANTE: Esta entrada no contiene un spoiler, ni dos, ni tres, es la madre de todos los SPOILERS, porque sí, porque para lo que quiero hacer necesito contar lo que pasa en los libros y la trama quedará reducida a minúsculas cenizas. Así que los que queráis leer los libros y sorprenderos, bueno, si se trata de sorpresa igual tendríais que coger otros pero vamos, que si no queréis saber qué va a pasar ni por qué no sigáis leyendo esta entrada, recoged vuestros adminículos y salid ordenadamente por donde habéis entrado, gracias. Los fanáticos irracionales de la autora abandonen la cantina del mismo modo, luego no quiero llantos y rechinar de dientes, aquí vamos a pasar un rato divertido entre amigos sin otra intención que hablar de libros. El resto abróchense los cinturones que comenzamos.

LAS CIFRAS. Nora Roberts ha escrito más de cien novelas, empezó en los 70 del milenio anterior, escribe ocho horas diarias sin descansar ni en vacaciones, ha vendido más de 400 millones de ejemplares de sus novelas.
Visto así, marea, y mucho. No sé lo que cobrará por cada uno que escribe pero a poco que sea está claro que esta mujer está forrada. Bien, ahora vendrán los que dicen que si es un súper ventas y que no tiene calidad, que si siempre es lo mismo, que los personajes... Sí, sí, todo lo que tú quieras señor crítico experto, pero el caso es que la tía vende, y punto. Y si lo hace es por algo y las maniobras comerciales influyen, la publicidad y todo lo que tú digas pero algo tiene porque si no la gente no lo compra, si existiera una fórmula para eso todas las editoriales lo harían y se asegurarían el éxito.

Así que viendo esto pensé, ¿y si intento leer algunos y descubrir qué tiene tan especial? Elegí esta trilogía porque me gustó la idea del hotel en lugar encantado y encantador, estaban los tres juntitos tan monos en la estantería de la biblioteca que dije, ya está, pues estos.

LOS LIBROS

La trilogía se compone de las novelas: "Siempre hay un mañana", "El primer y último amor" y "La esperanza perfecta". Todos tienen más o menos 350 páginas.

PERSONAJES
Por un lado tenemos al equipo masculino, los Montgomery, tres hermanos que se dedican a la construcción, por favor, un aplauso para cada uno de ellos:

Beckett, es el pequeño, es arquitecto, pero el primero en "calzarse" el cinturón de herramientas y
trabajar todavía más que el último peón.

Owen, es el que lo organiza todo, el que hace las llamadas, las entrevistas a los trabajadores, los contratos y todo el papeleo. También frena a sus hermanos cuando les sale la vena macho alfa y quieren ir a hostiar a alguien con un argumento infalible "yo luego no voy a gastar perras en tu fianza ni a buscarte abogado".

Ry, es, simplemente, existe y ya, se dedica a lo mismo que los demás, a construir cosas.

Como podéis ver todos tienen una característica que los definen, y para de contar porque no hay más, digamos que entre los tres componen uno, escaso pero uno. Apestan a macho ibérico que tiran para atrás, por supuesto están muy buenos y son monísimos. Gracias, Nora.

Vamos ahora con las chicas. Sí, también son tres pero son amiguísimas como hermanas, vaya.

Clare, joven viuda madre de tres hijos que tiene una librería café chulísima.

Avery, tiene la pizzería.

Esperanza, va a ser la gerente del hotel, no está al principio pero viene enseguida de Washington donde sufrió una desilusión amorosa, un verdadero palo, porque estaba liada con el hijo del dueño del hotel que dirigía y que se casó con otra.

Las dos primeras fueron animadoras y están rebuenas y la otra fue miss así que ya sabéis. Chicos y demás interesados en el género femenino, dadle las gracias a Nora. Lo malo de las tres es que son iguales, mujeres empresarias, fuertes, independientes que no se sienten completas y felices hasta que tienen un Montgomery en su vida.

El caso es que Beckett se junta con Clare en el primer libro, Owen con Avery en el segundo y Esperanza con Ry en el tercero. ¿A que recuerda mogollón a Pasión de Gavilanes? Yo no la vi entera pero la emitieron en una época en la que preparaba una prueba muy chunga y cualquier excusa me valía para no ponerme estudiar.
Aparte de estos personajes está la madre de los chicos que va de mujer extravagante y adelantada a su tiempo, viuda que se junta con el padre de Avery cuya madre la abandonó cuando era pequeña.

Y tenemos a los malos, un tío que no me acuerdo de cómo se llama que intenta ligar con Claire prometiéndole una vida de lujos pero es un capullo y ella no lo quiere, él no se lo va a tomar muy bien y va a intentar algo muy feo y entonces ya vendrá Beckett a querer partirle la cara y darle una paliza.
En el segundo libro, este rol le cae a la madre de Avery que se largó y aparece años después llorando en la puerta de su hija, pero la desgraciada sólo quiere pedirle pasta.
En el tercero tenemos al novio aquel de la Esperanza, el hijo del dueño que vendrá a contratarla como concubina, él ya se ha casado pero no ve por qué no pueden seguir con lo suyo. Tranquilos, que ya vendrá el Montgomery de turno a arreglarle la cara, lo que pasa que el hermano sensato no le va a dejar y sólo irá a darle un susto como ocurrió en el primer libro.

BOONSBORO

Es un pueblo de USA que existe en realidad, así como el hotel, que es propiedad de la familia de la autora. Supongo que le dijeron, Nora, tenemos el negocio algo flojo, échanos una mano y ella dijo, pues te escribo un libro, o mejor, tres y ya veréis cómo os traigo clientela. A ver Valkiria, no sé si los buenorros Montgomery también existen pero ya están pillados así que...

Que nadie pase fatigas porque el sitio retratado en el libro parece un sueño y no puede ir porque es muy caro, el vuelo y todo lo demás, en España mismo tenemos miles de lugares como ese, con hoteles llenos de encanto y encima para comer no te mandan a la pizzería sino que la señora de la casa te cocina unos platos que alargan la vida diez años.

No sé qué tiene de especial, hay un parque, una pizzería, librería, panadería y en el tercer libro montarán hasta un gimnasio. Todos los inmuebles parecen propiedad de la familia Montgomery.

Cuando no están intentando juntarse, toda la emoción que tienen los personajes es ir viendo cómo van las obras, se emocionan como niños en Navidad cuando viene alguien y les dice : Hemos puesto cuatro baldosas más, y salen todos en pandilla a ver el hotel que al principio del libro es un edificio cochambroso que los hermanos Montgomery transformarán en un lugar encantador. En el segundo libro el hotel funciona, los huéspedes no dan mucha guerra y podían haber dado mucho juego pero no es el caso, entonces construimos un nuevo restaurante para Avery, por fin un sitio donde comer algo que no sea pizza o pasta. En el tercero tenemos otro edifico en ruinas que va a ser un centro de fitness, o gimnasio de toda la vida, vaya.

LA TRAMA.

Aquí es donde todo patina, tenemos unos personajes que dan poco de sí, son de porexpan. Lo malo es que la trama tampoco es para tirar cohetes.

En el primer libro Beckett intenta ligar con Claire de la que siempre ha estado enamorado lo que pasa es que ella se casó con Clint, un soldado que tuvo a bien morirse en Irak para que ella pudiera volver al pueblo y que el chico Montgomery pudiera hacer realidad sus sueños.
Es ridículo, intenta ligarse a la chica por medio de sus hijos, vamos a ver, Claire, ya sé que Nora te ha castigado con el estereotipo de rubia animadora poco lista pero tú eres una mujer fuerte. Lo normal es que quiera acostarse contigo, no jugar con tus hijos al PlayStation, eso viene luego, después de varios años de matrimonio, la rutina, la desgana, la barriga y todo lo demás. Pero bueno, a ella le parece un detalle adorable que sea tan atento con sus hijos y ellos se lleven tan bien con él. Quedan varias veces y al final consiguen hacer el amor, en unas escenas un tanto sugerentes y sensuales, pero que cuando más interesantes se ponen hay fundido a negro y al siguiente párrafo ya se están "calzando" la ropa. Aquí ya tenemos el principio de la historia de Lizzy, el fantasma del hotel.

En el segundo libro es Owen el que va a por Avery, ya eran amigos pero de repente empieza a verla de otra forma, además de niños habían sido novios por lo que la traductora del título revienta la trama. Este libro es un serio desafío, a ver quién es capaz de encontrar las siete diferencias con el primero. Por mi parte sólo encontré que en vez de Hotel, del medio para adelante tenemos construcción del nuevo restaurante y que la atención se fija en la nueva pareja, a los otros ya los dejamos un poco de lado. La palabra calzar, que la autora usa todo el tiempo para referirse al acto de ponerse prendas ya no aparece tanto. Y el malo ahora es una mujer. Avery anda tan despistada como Claire, no ven las señales, después de la visita de su madre, su chico se da cuenta de que le ocurre algo y como no se lo quiere contar la coge, la lleva a casa y la tira encima de la cama de un empujón, y le arranca la ropa y...no mentira, la sujeta fuerte contra la cama para que le diga de una vez qué le pasa, y ella la pobre, hace lo que puede, le pega un bocado. Bien Avery, pero luego tendrías que haberlo mandado a tomar viento a la farola. ¿Soy la única a la que la actitud de ese tío no le parece normal?

El tercer libro es el peor de todos porque se parece tanto al primero que es injusto. Lo de Esperanza y Ry está cantado, ya no hay emoción ninguna porque a estas alturas ya sabes que la autora no te va a sorprender con nada, encima te mete con calzador una historia de fantasmas que ha venido participando en momentos cruciales en las dos novelas anteriores. Es un claro ejemplo de cría fama y échate a dormir.

LAS PEGAS

Las historias entre los personajes no son demasiado románticas ni edulcoradas, punto a favor, pero tampoco hay intensidad ni emoción, puntazo en contra. Hay repeticiones hasta la saciedad de cenas de pizza y pasta, (sorprende que con esa dieta de hidratos de carbono a todas horas no rueden cuesta arriba), de situaciones equívocas, de momentos. Cuando dejamos la trama romántica tenemos que asistir a varios capítulos de bricomanía y programas de esos que ponen en Divinity que van y te tiran todos los tabiques y te montan la casa, y ya no digo cuando planean el restaurante, reuniones al más puro estilo Chicote, pero sin su gracia y su mala baba.

Que un arquitecto se ensucie las manos de esa forma queda un poco raro, a ver, en el hotel vale porque tenía cierto valor sentimental pero el resto de las obras , no. Hace unos días me planteé la posibilidad de pasar por delante de un edificio en construcción y preguntar cuál de los tipos que había allí, con un salario cutre, condiciones de trabajo muy duras, y llenos de mierda hasta los ojos era el arquitecto, pero todavía tengo bastantes ganas de vivir y no lo hice.

Que la madre del tío con el que estás pensando en empezar algo se siente a hablar contigo y te diga que tengas sexo salvaje con él y te pregunte a qué estás esperando, es muy bizarro y todavía más que tú le contestes y no le digas que se vaya a plantar macetas y te deje en paz.

Cuando los hermanos se enteran de que su madre está liada con el padre de Avery se ponen histéricos, pero bueno, ¿cuántos años tenemos, cinco? Encima uno de ellos está todo el rato diciendo que no soporta imaginarse a su madre teniendo relaciones, pero vamos a ver neno, ¿de dónde crees que saliste tú? Y no me digas que de la pluma de Nora Roberts, sabes de sobra a qué me refiero.

Los malos son tan tontos que dan hasta pena, en realidad nos los podría haber ahorrado.

Los personajes rara vez se ven en situaciones comprometidas, Nora Roberts los mima como una abuela, cuando los mete en un apuro los saca al párrafo siguiente, dos a más tardar. No hay tiempo para las dudas, las angustias...

La peor pega, la sensación de deja vu constante que vives cuando vas por la mitad del segundo libro y tienes la certeza de que nada va a cambiar. Da igual que se te caiga el marcapáginas, lo abras por donde lo abras te engancharás sin problemas a la historia porque por el medio no ha pasado nada importante.


MIS CONCLUSIONES


No sé qué tiene Roberts para vender tanto y cosechar ese éxito, no debe ser fácil escribir libros tan parecidos y tener éxito con todos, hay que saber hacerlo. Me quito el sombrero, ya me gustaría a mí que me leyeran así.

Nora Roberts tiene un público muy concreto pero muy amplio. Le da al lector lo que quiere, si coges un libro suyo y sabes a lo que vas, no saldrás decepcionado en ningún caso, nunca falla. ¿Cuántos podemos decir lo mismo de nuestros autores favoritos?

En mi opinión son para gente que no quiere sufrir leyendo, ni que le cuenten penas ni añadan más quebraderos de cabeza a los que ya tienen. Quieren sentarse a leer tranquilamente viendo cómo a los personajes todo les va viento en popa y sabiendo que habrá un final feliz. A fin de cuentas, ¿cuándo pasa eso en la vida? ¿Cuántas veces te pueden mirar a los ojos y decirte que todo va a acabar bien?

Lo que pasa es que algunos queremos sentir, queremos que a veces las lecturas nos pellizquen, cerrar un libro después de una de esas lecturas que te dan calor y pasar la mano por la portada esbozando una sonrisa, quedarte un tiempo a solas, sin oír nada más, permaneciendo dentro de la historia un ratito más aunque haya terminado ya, como esos cinco minutos que te quedas en la cama después de que haya sonado el despertador. Queremos que nos emocionen lo bastante como para sentir que mientras leemos vivimos otra vida más. Y para eso, la señora Roberts no me ha llegado.

                                                                                                                                                  N. B.



viernes, 19 de octubre de 2012

El ÚLTIMO WEYNFELDT

El último Weynfeldt 
De Martin Suter





DATOS DEL LIBRO

  • Nº de páginas: 320 págs.
  • Editorial: ANAGRAMA
  • Lengua: ESPAÑOL
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • ISBN: 9788433975607
  • Año edición: 2011

                                               MI OPINION

"El último Weynfeldt" es una novela High Class, todo en ella destila clase, elegancia y lujo, incluso los personajes más ruines y los escenarios más hostiles.

El último Weynfeldt es Adrian, dedicado al mundo de las subastas de arte después de descubrir que no tiene talento. Es un hombre que vive en una especie de limbo existencial, en una edad intermedia, que ha conseguido una continuidad en su vida y una rutina ordenada que le aporta serenidad aunque desde fuera y leyendo el libro uno llega a la conclusión de que es una persona que parece "anestesiada" emocionalmente.
Todo comienza con un encuentro casual en un club de Zúrich en el que después de una cena con sus amigos entra Adrian a tomarse una última copa y al que llega Lorena, una hermosa mujer (cómo no) que se sienta a su lado y acaba pasando la noche con él.

Adrian tiene dos grupos de amigos, el grupo de los mayores, formado por los conocidos de sus padres ya fallecidos y el de los jóvenes, formado por una serie de personajes que de un modo u otro depende dé él y más que nada de su dinero, circunstancia que a Adrian no parece importarle. Falta un grupo de amigos de su edad, pero no lo hay.

La trama gira en torno a la subasta de un cuadro. Pero es un cuadro especial, ya que el dueño, un viejo amigo de Adrian intentará engañarle. Contrata a alguien para que haga una copia, subastar la copia y conservar el original. A partir de aquí y una vez presentados los personajes todo se enreda de forma muy ordenada, sin caer en embrollos ni confundir al lector. Se mantiene la intriga durante todo el relato y si no fuera porque se perdería la emoción hubiera caído en la tentación de leer la última página antes de tiempo.

Escrito en tercera persona es un libro de lectura fácil, el lenguaje está muy cuidado aunque reconozco que el ritmo sufre altibajos. Y aquí voy con lo que menos me ha gustado.
 Las descripciones de muebles. Sí, es un poco chocante, pero salvo para los grandes aficionados, la mayoría de ellas sobran. Un párrafo entero para describir una silla es demasiado, por mucho que sea una silla de gran valor y casi un objeto de arte, no aporta nada al relato porque tampoco es que luego vaya a pasar algo importante en esa silla. Además, los muebles tienen nombre, como por ejemplo el aparador Antaria, o la mesa Weiner. Lo reconozco, soy una ignorante en el tema pero sigo sin ver qué utilidad tiene. El escritor disfruta tanto con estas descripciones tan minuciosas que llega a cansar. Cada vez que vamos a casa de Adrian tenemos que recorrer casi todas las habitaciones, la primera vez está muy bien porque es además un piso de lujo situado en un edificio imponente en el que el buen hombre vive solo ya que las otras plantas están ocupadas por las oficinas de un Banco, pero no hace falta que cada vez que va a la casa nos la describa. Lo hace sin ahorrar ni un detalle, cada tenedor, cuchara y rincón del piso. Y el hecho de que haya un Banco es un engorro ya que el edificio dispone de una doble entrada con un sofisticado sistema de seguridad lo que supone un trastorno para Adrian y para nosotros que lo vamos a sufrir cada vez que entre. A veces te dan hasta ganas de gritar: ¡Entra de una vez, por dios!
También me sobran las detallas cartas de cada uno de los restaurantes que visitan los personajes junto con sus comandas, se hace eterno.

Y ahora voy con lo bueno. Nos sitúa en el contexto con mucha exactitud, podemos llegar a sentir el frío o el Sol en nuestra cara cuando están en la calle. Hay alguna que otra descripción también muy bucólica, lo propio de un sitio como Suiza. En ese sentido es un acierto. Otro lugar más que apuntar para una próxima visita, aunque eso sí, tendré que olvidarme de ir a los mismos restaurantes, menudos precios.

Los personajes son humanos, el perfil psicológico está perfectamente definido en lo que se refiere a los principales. Algunos de los secundarios también, en especial el artista falsificador, el chantajista, la criada, la secretaria...Son sin duda de lo mejor de la novela. De ellos vamos a conocer su experiencia vital en el momento oportuno.

En conclusión, "El último Weynfeldt" es una novela de gourmet que mantiene en alerta y con todos los sentidos despiertos al lector. Se la recomiendo a todo tipo de lectores, los dos puntos fuertes son la intriga y su profundidad a la hora de tratar a los personajes.

PUNTUACION: 3,5/5 enhorabuena a los suscriptores de la revista Casa&Jardín o cualquier otra del género, aquí tienen un número especial.