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lunes, 2 de abril de 2018

A cielo abierto

ANTONIO ITURBE



  • Tapa blanda: 624 páginas
  • Editor: Seix Barral; Edición: 1 (7 de marzo de 2017)
  • Colección: Biblioteca Breve
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8432232254
  • ISBN-13: 978-8432232251

"Piensa en ese instante de turbidez luminosa que alguien que se detiene a compartir lo poco que tiene con unos desconocidos no sólo salva a dos náufragos de las arenas, se salva él y salva a la humanidad entera."

                                                         MI OPINIÓN
"A cielo abierto" es una aventura que se alimenta de un personaje de los que enamora, repleta de emociones fascinantes que hacia el final embarranca pero te deja un último regalo antes de despedirse.

Los tres mosqueteros de la aviación Henri Guillaumet, Jean Mermoz y Antoine de Saint-Exupéry trabajan en Latécoère llevando el correo primero en Europa, después llegando a África y teniendo en mente dar el gran salto a América. El libro va de sus vidas, de todos los retos que afrontan para cumplir su misión que es permitir que las personas se comuniquen y sus historias no se rompan. No ven problemas, ven soluciones y retos y no se achican ante ninguna dificultad. Y mientras tanto, viven, se enamoran, disfrutan y sufren en la Francia de los años veinte, Cabo de Juby y Buenos Aires entre otros lugares.

El estilo de Antonio Iturbe es magistral, un placer con mayúsculas de lectura. Es de esos autores que saben juntar palabras ordinarias, las de cada día y crear algo extraordinario y fascinante. No necesita hacer cosas extrañas con narradores ni puntos de vista novedosos porque toda la fuerza la pone en la historia. Se vale de un narrador omnisciente en tercera persona. Capítulos muy cortos que empiezan situándonos en el lugar y el año. Y a contar.

A contar una trama que de mano podría no resultar demasiado atractiva, el correo aéreo, pero este hombre tiene un talento inusual para hacer entretenido algo así, que puede no ir contigo. Sabe escoger los elementos que hacen que te sientas como si estuvieras acompañando a los personajes en sus aventuras y formes parte de la historia como espectador de lujo, de la mejor fila y butaca del centro. Llegas a comprender lo que sienten volando esos cacharros, con la lluvia golpeándoles la cara y el viento que los zarandea como si fueran de papel. La insignificancia tan rotunda que se hace sólida cuando estás frente a las fuerzas de la naturaleza.
Describe lugares y crea atmósferas muy potentes, muy visuales y cuando acabas de leer es como si volvieras de un viaje. Utiliza frases largas y elaboradas y parece que se sabe todas las palabras del diccionario y alguna más.
También retrata con mucha precisión la sociedad del momento y el contexto histórico.
Pero ese es solo el escenario, porque lo que de verdad importa son los personajes. Son tres joyas de la creación literaria. Tienen todos los elementos necesarios para que los conozcas de verdad, como si formaran parte de tu círculo de amigos o de personas con las que tratas en el día a día. No tienen secretos para el lector. Están retratados tal y como son, pueden caer mejor o peor, eso ya va en gustos e intenciones. Tanto Mermoz como Guillaumet son dos elementos de cuidado, recuerdan mucho a esos personajes masculinos de las pelis de Cary Grant, Humphrey Bogart... Y sí, machistas un rato, pero qué se le va a hacer. Principios del siglo pasado, era lo que había y no podía ser que gente de esa época pensara como ahora, por muy visionarios y adelantados a su tiempo que fueran, una cosa es ser rebelde y buscar algo distinto y otra vivir cien años adelante de lo que te toca. Así que son como son y así hay que gastarlos. Hay más que los acompañan, secundarios muy eficaces. Las mujeres se quedan un poco en la sombra, aunque no van faltas de carácter y también están muy bien perfiladas como personajes.

Y mención aparte se merece Antoine. Su historia es sin duda la mejor y de las que se llevan un poco de ti cuando se acaban pero también te dejan algo, es una especie de intercambio lector con personaje que se da cuando aparece uno así de excepcional. Hay que descubrirlo, no tengo que contar nada, es apasionante y enamora casi desde el principio y hasta el final. No es perfecto ni mucho menos, es humano pero tiene tanto fondo que se le perdona casi todo. Es que es tan mono...
Y todo lo referente al proceso creativo te dan unas ganas locas de ir a buscar sus novelas y leerlas del tirón. En sus capítulos hay párrafos enteros para subrayar o marcar con postit, leer, releer, sentir, y casi aprender de memoria.
Aquí es donde Antonio Iturbe te quita las ganas de escribir, porque te dices ¿a dónde voy si hay gente haciendo esto?

Pero. Hay un pero. Y es muy grande y qué rabia. Lo que pasa es que de las 622 páginas que tiene cuando llegamos felices y radiantes a la 450 (más o menos) se nos hace de noche. Miraba la página que acababa de leer y me preguntaba ¿pero qué ha pasado aquí? Este libro me lo han cambiado, esto no era lo que yo estaba leyendo. Pierde toda la magia. Es como entrar en una casa abandonada donde todavía quedan restos de lo que fue pero que ahora solo son ruinas. Y de repente aparece un personaje que parece que lo va a salvar, que vuelve, que solo fue un bache pero es un espejismo. Tal como viene se va y nos deja de nuevo a oscuras. La trama se estanca, los personajes también y luego entra donde entra, en 1936 y ya sabéis lo que pasó pero vamos, que podía haber seguido contándolo como lo del correo aéreo y hacer lo mismo, hacerlo entretenido y curioso pero se vuelve apático y pierde la pasión.
Claro, después de todo lo que había pasado pues es un palo literario, que no digo yo que sea malo, pero comparado con lo demás... Las páginas pesan una tonelada, cuentas constantemente las que faltan para terminar y eso es muy mala señal a mi entender como lectora.

Para terminar te deja un dulce beso de despedida, le da un cierre muy poético y recupera el esplendor en las últimas quince páginas, es muy bonito pero es un parche. Funciona, claro, a ver a quién le amarga un dulce pero es un poco trampa de trilero experimentado.

En conclusión, sí, recomiendo este libro a casi todo el mundo menos a los que no tienen mucha paciencia porque una poca se necesita para ese tramo final. Está tan bien escrito y hay tanta pasión en los personajes que merece la pena aunque deje esa pequeña decepción. Autor que entra en la lista de los que hay que seguir.

PUNTUACIÓN: 4/5 450 era un número chulo para haberlo dejado ahí.