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lunes, 27 de noviembre de 2017

Cien años de soledad

 GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ




"El mundo habrá acabado de joderse -dijo entonces- el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga."


  • Ilustraciones: Luisa Rivera
  • Tapa dura: 400 páginas
  • Editor: Literatura Random House; Edición: 001 (6 de abril de 2017)
  • Colección: Literatura Random House
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8439732473
  • ISBN-13: 978-8439732471

                                                       MI OPINIÓN
"Cien años de soledad" es un universo al que hay que entrar con las gafas de ver magia puestas.

Es el típico libro que piensas que un día tienes que leer, del que tanto se habla y tanto parece que se sabe. Pues da igual todo lo que hayas oído o leído al respecto, cuando lo lees encuentras algo inesperado pero maravilloso. No sé si es casualidad que aparezca en la foto que Patricia Cartes me prestó para el blog pero yo no lo he leído hasta ahora, a veces cuando leemos un libro así nos entra como un arrepentimiento y decimos: ay, tenía que haberlo leído antes. En este caso creo que tenía que haberlo leído justo cuando lo he hecho. Hay opiniones para todos los gustos, unas para bien y otras para mal y esta es la mía.

La historia es de sobra conocida, pero solo por fuera, solo sabemos que hay un lugar que se llama Macondo, que hay alguien que muere que se llama Aureliano Buendía y que la novela va de su estirpe, de esos cien años de historia. Saber eso sobre esta novela es como no saber nada. Lo que el lector va a encontrar es un universo en el que todo está demasiado vivo, como el doble de lo normal, todo es tan grande, tan intenso, que ninguna lógica tiene sentido dentro de él. Y eso es lo mejor de la novela. Entrar en la historia y vivirla a través de las palabras, formar parte de esa locura de personajes, lugares, hazañas, desventuras, amores, traiciones y todo, porque todo está aquí. Es como un pase VIP para una fiesta privada.
Puede que haya lectores que se acerquen a ella porque les gustan las sagas familiares, o las historias del pasado, el realismo mágico, o la literatura sudamericana. Sí, eso está, pero hay que venir con las gafas que digo, las de ver todo de forma distinta, inesperada, imposible. Y con tapones para los oídos para no escuchar eso de "esto no puede ser". Porque en Macondo todo puede ser, incluso lo que tú quieras.

No sé qué dicen los expertos, ni siquiera lo que dice él mismo de su forma de escribir o del género realismo mágico a pesar de haber leído "Vivir para contarla", ni me importa, lo que yo he sentido es que Gabriel veía las cosas así, que en realidad las sentía así y no se inventaba nada, solo las contaba, con un estilo magistral. Su forma de narrar me enamora, es como una canción. Me gusta cómo maneja un vocabulario exquisito, cómo adorna sin recargar, solo para aumentar la fuerza de lo que está contando. No abusa de adjetivos pero los hay, todos los necesarios. Pasa de puntillas y con prisa por los temas más mundanos como batallas, guerras y políticas, y se queda con todo lo que tenga que ver con los sentimientos. Ahí se recrea y despliega todo su talento. Contada con otras palabras que hicieran sonar otra música y traída al mundo real, esta historia sería un lodazal de desventuras y tragedias que solo dejaría una tristeza infinita en el lector.

Y también me hace gracia su forma de contar. A ver, ya sé que no es la intención, pero a mí me hacen gracia muchas de sus expresiones y la forma de hablar los personajes. Vale que a lo mejor es que tengo yo ahora mismo el tonto subido o es un reír por no llorar, vaya usted a saber lo que me pasa por esta cabeza a la que últimamente no le hago mucho caso, y cuando leo, ninguno. Que sí, que lo sé, que si nos ponemos académicos hay que decir que las emociones también las elabora la masa gris, pero cuando leo es la parte que me gobierna.
Y además está el alma, esa no está en la cabeza y esta novela ha tenido la capacidad de llegar hasta ahí.

Los personajes son para enmarcar. Tengo que decir que a veces me he hecho un poco de lío porque se repiten nombres y se enredan mucho unos con otros pero para eso está el árbol genealógico del comienzo. La verdad que en mayor o menor medida todos tienen sus problemas en el alumbrado y a veces se putean mucho unos a otros, pero eso los hace tan especiales, tan únicos y genuinos que no tendría sentido que fueran de otra forma. Las mujeres son fuertes como robles, son el pilar fundamental, ellos tienen otras funciones, tal vez más divertidas, para qué nos vamos a engañar, y junto con Macondo que es un personaje más, igual de vivo, forman este universo tan peculiar.

Y toca hablar de la edición. La que yo tengo es la especial del 50 Aniversario, merece la pena. Tiene unas ilustraciones de Luisa Rivera, que son obras de arte, que no solo ves, sino que además necesitas tocar y que si las ves todas juntas te cuentan una historia. De arte entiendo lo que siento, y estas pinturas son tremendamente bonitas, intensas, conmovedoras. Pero tengo que sacar una PEGA, sí, es una sugerencia para futuros lectores, no las miréis según las vayáis encontrando porque anticipan con bastantes hojas de adelanto lo que va a ocurrir. No sé de quién ha sido la brillante idea pero vaya, no tenía buen día.

Por último decir que quiero volver a leerla. Que al terminar ha sido como cuando vuelves de un viaje genial  y querrías darle vuelta al reloj y volver a subirte al avión y empezar de nuevo. Solo puedo decir que yo, a Macondo, vuelvo.

PUNTUACIÓN: 5/5

lunes, 20 de noviembre de 2017

El crimen del ómnibus

FORTUNÉ DU BOISGOBEY


  • Traductora: Eva María González Pardo
  • Tapa blanda: 312 páginas
  • Editor: Depoca; Edición: 1 (13 de marzo de 2017)
  • Colección: dEpoca Noir
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8494363492
  • ISBN-13: 978-8494363498

                                                                     MI OPINIÓN
"El crimen del ómnibus" es una historia clásica del quién fue y por qué en la que se mezclan distintas tramas que se resuelven en un final perfecto.

Una mujer muere en un trayecto en ómnibus por las calles de París, el pintor que viaja a su lado decide jugar a detectives con un amigo. La policía también tendrá algo que hacer y mientras tanto se monta el lío con una herencia y un romance para que no falte de nada. La trama se subdivide y empieza el juego, todos los juegos juntos, el quién es quién, el cluedo, amores y desventuras varias y un poco de todo que forma un conjunto equilibrado. 

El narrador es un observador imparcial, el típico omnisciente en tercera persona que lo sabe todo de todos y en todas partes. No le esconde nada al lector y tampoco lo engaña. Esto no quiere decir que enseguida uno se vaya a dar cuenta de por dónde van los tiros, sabe guardar las cartas, pero es un buen jugador y no precisa de trampas para ganar la partida.
Es una novela muy ordenada y no hay posibilidad de pérdida. La narración es muy ágil y casi todo el peso recae sobre los diálogos. Así es cómo se cuenta la historia, solo unos pocos párrafos de prosa, bastante cortos, se emplean para situar al lector, el resto es todo narrativa oral. Son los personajes por tanto los encargados de desvelar la trama.
La ambientación es muy llamativa, el París de la Belle Époque, pero son escasas las ocasiones en las que el autor se detiene en detalles, da por supuesto el conocimiento del lector de la época y lo resuelve con pocas frases. Aun así, esto no supone ningún problema, a poco que se haya leído enseguida se reconoce el ambiente y se sitúa uno.

Esta economía de datos y prosa y la especial atención a los hechos hace que los personajes sean también sencillos, arquetipos fácilmente reconocibles con los que no es necesario empatizar ni tampoco odiar para entrar en la historia, son fichas del juego. Lo apasionante es la partida.

Tengo que decir que me ha sorprendido el ritmo, tan rápido, sin perderse en detalles ni transiciones en una novela del siglo diecinueve, me esperaba una lectura más pausada y me he llevado una grata sorpresa. Y resalto el final que me ha parecido espléndido, con todo bien encajado en su sitio, sin dudas ni titubeos ni ases sacados de la manga a última hora, ni a primera.

Muy recomendada tanto para amantes del whodunit, o quién fue, como para los que le apetezca embarcarse en una aventura de detectives aficionados más listos que el hambre con delincuentes no menos avispados.

Y antes de irme, alabar la edición, como siempre impecable de la editorial Dépoca, y a quien venga a protestar (normalmente los que nunca leen) porque les parece una frivolidad decir que es bonita la portada y que las ilustraciones del interior son preciosas y llaman la atención, decirle que a mí me gusta mucho y valoro sobre todo el trabajo que hay detrás de todo esto y pienso que enriquece el libro aunque no sean necesarias, pero si están, pues se valoran. Y a ver por qué no lo vamos a decir, ea.

PUNTUACIÓN: 4/5

lunes, 13 de noviembre de 2017

Ríos de Londres

BEN AARONOVITCH

  • Traductor: Joan Josep Mussarra
  • Tapa blanda: 352 páginas
  • Editor: OZ; Edición: 1 (11 de octubre de 2017)
  • Colección: Oz Nébula
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8416224463
  • ISBN-13: 978-8416224463

                                                                 MI OPINIÓN
"Ríos de Londres" es una novela tan rara que te atrapa y te transporta a un mundo asombroso y muy entretenido.

Vi este libro en el blog de Lesincele, .http://viajagraciasaloslibros.blogspot.com.es/, y me llamó la atención, así que aproveché mi crisis lectora de narrativa contemporánea de realidad para embarcarme en esta aventura.
Si la continuidad del mundo dependiera de que yo fuera capaz de explicar el argumento de la novela, ya podéis ir recogiendo porque dejará de girar. En apariencia y si solo cuento una parte, es un caos sin pies ni cabeza pero la novela no lo es, y todo tiene sentido, incluso es relativamente fácil de seguir una vez te sitúas y te acostumbras al escenario.
El principio es el de cualquier novela negra al uso, asesinatos y un policía novato al que le toca investigar, con una compi que le mola y un jefe que no le mola tanto. Pero pronto empiezan a mezclarse los elementos extraños, que descolocan al lector desprevenido o poco acostumbrado al género de ciencia ficción y fantasía. Vienen los fantasmas, la magia, los lugares raros, otro mundo.

El protagonista, Peter, es el policía novato y el encargado de contar la historia desde su punto de vista. Se dirige al lector como si fuera el colega con el que está tomando una cerveza en el pub. Aquí tengo que decir que eso de que el narrador le hable directamente al lector no me suele gustar, pero en este caso me ha gustado, creo que también porque me caía bien el personaje, tiene carisma y además ese humor jocoso del que no abusa y que a mí me va. Emplea un lenguaje directo como no podía ser de otra manera, si con el toto que monta con la historia encima se pone a hacer experimentos con la estructura o el estilo, la novela podía haberse convertido en algo infumable.
Describe con mucha claridad los lugares y dibuja un mapa muy preciso y fácil de seguir de los escenarios en los que transcurre la trama. Eso ayuda mucho a transportarte a la historia y conseguir esa maravillosa evasión que buscamos cuando leemos.

Los personajes no son muy profundos, la verdad que tampoco tienen tiempo para eso con todo lo que se les viene encima. Aunque el protagonista-narrador es el centro, tampoco es un protagonista absoluto, más o menos todos están a la misma altura, incluso los que no son de este mundo.
En ese sentido diría que es una novela de trama, de acción, donde todo el tiempo el peso recae sobre lo que sucede y no hay lugar para la distracción. Es como un capítulo extenso de "Expediente X", ¿os acordáis? Te perdías una frase o parpadeabas más de un segundo y ya estabas perdido. Pues así. Es una lectura que requiere atención pero que te compensa con una aventura muy divertida, interesante y entretenida.

Como lectora novata del género tengo que decir que me ha parecido una novela asequible para los que están en la misma situación, además emplea elementos que particularmente me atraen mucho, fantasmas, magia, mitos, leyendas... Creo que debería leer libros de estos más a menudo. Es muy raro, montón de raro el libro pero merece la pena el esfuerzo y además me ha venido muy bien desentenderme de problemas mundanos durante la lectura.

Antes de irme tengo que aclarar que aunque en la portada se menciona a Harry Potter, me parece pura maniobra publicitaria, no tiene nada que ver, lo que faltaba, que ahora todo lo relacionado con la magia venga de ahí, como si no hubiera existido magia antes de Hogwarts, de verdad. Es más, si puede recordar vagamente a algo sería a "Los Magos" de Lev Grossman.

Aconsejado sin duda para hacer un viaje desde casa, pasarlo bien y salir indemne de la aventura. Para leer dejándose llevar, la verosimilitud está de vacaciones, no te lo vas a creer pero no importa, Ben Aaronovitch  miente tan bien que es un placer escucharlo.
Por cierto, este hombre es el creador de la mítica serie Dr. Who.

PUNTUACIÓN: 4/5 No vuelvas a dejar que menten a Harry Potter en tus portadas.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Flores para la señora Harris

PAUL GALLICO


  • Traductor: Ismael Attrache Sánchez
  • Tapa blanda: 168 páginas
  • Editor: Alba; Edición: 1 (26 de mayo de 2017)
  • Colección: Rara Avis
  • Idioma: Español
  • ISBN-10: 8490651523
  • ISBN-13: 978-8490651520

"Flores para la señora Harris" es un canto a la vida, y al valor de las ilusiones que nos empujan a sobrevivir y a veces, supervivir.

La señora Harris trabaja como limpiadora en varios hogares y tiene una ilusión en su vida, comprarse un exclusivo vestido de Dior, que probablemente nunca tenga la oportunidad de usar y que le va a costar más que dinero.

Visto así en puede parecer ridículo y parecernos una frivolidad, y es que cuando nos ponemos intensos con los grandes valores de la vida y las hazañas épicas somos un peligro. A veces pasa, y cuando cuesta levantarse por las mañanas, un objeto o el deseo de poseerlo puede ser tan válido como cualquier otra gran aspiración para seguir adelante y por eso no debemos juzgarlo. Y mejor leemos la historia porque además nos va a sorprender. La auténtica frivolidad no la cometería la señora Harris con su propósito sino nosotros si nos quedamos en la superficie de la narración o no le damos la oportunidad de explicarse.

El narrador, omnisciente y en tercera persona es el cuentacuentos clásico, que sabe llamar la atención del lector, mantener el interés y cambiar de intensidad durante la narración para que esta sea dinámica y no resulte plana o aburrida. Esto lo consigue con una prosa sencilla aunque con recursos suficientes como para crear una atmósfera bucólica, sobre todo en el París de color pastel que describe y que cuesta mucho abandonar. Porque aunque no todo es sacar agua del pozo ni el viento sopla a favor todo el tiempo, incluso las dificultades están contadas con cariño, como sin querer hacer daño. Además, deja la sensación de que al final, de alguna manera todo tiene que salir bien, de la manera esperada o de otra.

El personaje estrella sin duda es la señora Harris, esa mujer admirable, que a todos nos gustaría tener como amiga y que hace cosas que otros solo imaginan, ella se atreve a dar el paso, a tropezar varias veces con la misma piedra, incluso a veces hasta se la lleva, pero persiste porque ha decidido hacerle caso a su intuición, a ese algo no del todo explicable que a veces nos muestra un camino que seguir y que a menudo ignoramos, porque no es seguro. La señora Harris tiene muchas emociones revueltas en su interior y es un placer descubrirlas.
Junto a ella aparecen otros personajes, menos definidos, son arquetipos pero no por eso resultan menos creíbles ni deslucen la historia. Destaco a la amiga y a otra mujer que aparece en la historia. Hay momentos divertidos, diálogos muy bien construidos que dan buena cuenta del carácter de los protagonistas, de sus sentimientos y carácter y también espacio para una sencilla historia romántica sin exceso de azúcar, solo lo justito.

El libro recuerda a película de las de antes, aquellas historias aparentemente simples incluso algo tontas, pero que no lo son si sabes verlas, y en eso tenemos ventaja los lectores, estamos acostumbrados a mirar más allá de las letras, buscando en todos los rincones. Si fuera una peli sería una de Billy Wilder, y si eres seguidor del género y has visto sus obras, verás esta novela como una de ellas.

Es el libro perfecto que lo único que tiene de malo es que se acaba, pero es de los que permanece después, de los que hacen pensar, de los que pueden hacer un click aunque sea pequeño y cambiar algo. Muy recomendable para el invierno, para la Navidad aunque no tenga nada que ver, para cualquier momento en que necesites desconectar del mundo real.

PUNTUACIÓN: 5/5